domingo, 27 de octubre de 2013

'Provehito in altum'.

He aquí el hombre de las mil caras. Aquel que supo enamorarme a través de su música. Aquel que hizo que amase un poco más el cine (si eso era posible). Aquel que engordó 30 kg por exigencia de un papel. Aquel que adelgazó otros 20 a petición de otro. Aquel que se travistió y aún así, y de mujer, seguía siendo perfecto. Aquel que subió en medio de un concierto a un fan. Aquel que repitió lo anterior. Una y otra vez. Aquel a quien la palabra 'perfección' se le queda corta. Aquel por el que sería capaz de viajar a cualquier rincón del mundo para tan solo verlo unos segundos, para tan solo escucharlo. He aquí el hombre de los mil peinados, de las mil sonrisas. He aquí la persona por la que la frase 'FOREVER YOUNG" empezó a cobrar sentido. He aquí Jared, un ídolo, MI ídolo.
'I'm not insane, I'm voluntarily indifferent to conventional rationality'.


viernes, 27 de septiembre de 2013

Y yo solía enamorarme de impresiones, de guitarras, de ciudades, de películas, de risas, de unos ojos terriblemente bonitos, de canciones, de personajes, de libros, de la lluvia, de la noche, de la luna, pero nunca de personas.

martes, 3 de septiembre de 2013

Maravillosos años 20.

¿Dónde quedaron la elegancia y el glamour?
¿Y las inmensas casas por las que poder hacer tour?
¿Qué fueron de aquellos maravillosos trajes y vestidos?
¿Y de aquellos peinados tan retocados y comedidos?
¿Dónde quedaron esos divertidos trajes de baño?
¿Y las grandiosas fiestas varias veces por año?
¿Qué paso con esa variedad de gorros y sombreros?
¿Y con aquel amor tan joven y sincero?
¿QUÉ NOS QUEDÓ DE AQUELLOS FELICES AÑOS 20?


¿Y todavía os atravéis a preguntarme por qué me gustaron los años 20?

lunes, 2 de septiembre de 2013

Ellas.

¿Sabéis qué? Hoy, bueno, ayer, teniendo en cuenta que yo son más de las doce de la noche,
me he dado cuenta de algo, así que me gustaría compartirlo con ustedes, pequeñas personillas, o quizás tan solo quiera que mis pensamientos no se pierdan y no sé porqué, pero escribiéndolos suenan como más reales.
Alguien dijo una vez 'no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes', pues me siento orgullosa, alegre, de poder refutar esa cita. Seguramente esto sea debido a que la vida me ha enseñado a apreciar las pequeñas cosas que merecen la pena y van apareciendo en el camino y aferrarme a ellas, ya sea porque no me quedó más remedio si quería seguir adelante o porque yo preferí hacerlo por mi propia elección. ¿Pero por qué digo pequeñas cosas? Ni me refiero a 'cosas', a 'bienes materiales ni ellas son 'pequeñas', son grandes, ellas saben hacerme sentir especial, son capaces de transformar un día aburrido, en algo extraordinario que merezca la pena recordar. Ellas son capaces de hacerme reír incluso aunque yo no quiera y lo que esté contando no contenga ni la más remota pizca de humor. Ellas son capaces de hacerme olvidar todos los problemas con su simple presencia. Ellas son capaces de hacerme soñar y creer en el sueño, creer en que se convertirá algún día en realidad.Ellas creen en mí.

Es curioso, porque nunca personas tan diferentes, encajaron tan bien y tuvieron tantas cosas en común.

No quiero decir nombres, pero ellas han sido las personas más extraordinarias que nunca he conocido y les estoy muy agradecida por todo. Llegados a este punto del texto, me he dado cuenta de que esto puede parecer una despedida, pero para nada, no me voy a ningún lado, es solo que ayer, en ese día tan especial como fue el de mi cumpleaños, me di cuenta de que ellas son mis mejores amigas.

Este texto va por aquellas 3 personillas que han sabido tocar un trocito de mi corazón y quedarse allí.
Gracias por todo.

jueves, 22 de agosto de 2013

Una hoja en blanco.

Apenas hay luz en la habitación, solo lo que una pequeña lámpara de escritorio es capaz de alumbrar.
Yo, mientras,enciendo el ordenador para escribir algo. Cientos de ideas se agolpan en mi cabeza esperando alguna a ver la luz. Sin embargo, una vez que abro el procesador de texto y me dispongo a plasmar alguna de ellas, no soy capaz de teclear nada. No veo eso como algo imprescindible y entonces me planteo varias preguntas: ¿Vale la pena conservar alguna de esas ideas?¿Serán capaces de cambiarle la vida alguien? Y ante dos claras negaciones mentales, abandono mi idea inicial, descarto todo pensamiento de intentar algo parecido más adelante y antes de cerrar el procesador sin guardar, miro fijamente la pantalla. Permanezco contemplándola durante unos segundos. No hay nada. Solo una hoja en blanco. Guardo el archivo y apago el ordenador.


¿Saben qué? Quizá una hoja en blanco pueda decir más de lo que yo fui capaz, quizá una hoja en blanco pueda mejorar algo, entretener a alguien, porque en una hoja en blanco no hay nada o puede haber todo lo que tú quieras, todo lo que tú seas capaz de imaginar, de pensar y proyectar en ella.